VII JORNADAS TÉCNICAS AINE-ENM 2025
El pasado 17 y 18 de octubre, tuvieron lugar en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra), las VII Jornadas Técnicas de colaboración entre la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España (AINE) y la Escuela Naval Militar (ENM), que en esta ocasión trataron sobre «Buques de escolta modernos. Las Fragatas»
VII JORNADAS TÉCNICAS AINE-ENM 2025 – 17.10.2025 (2)
Las jornadas comenzaron con unas palabras de bienvenida por parte de D. Tomás Clavijo Rey-Stolle, C.N. Director de la Escuela Naval Militar, D. Luis Guerrero Gómez recién nombrado Presidente de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España (AINE), y D. Jorge Dahl de Sobrino, Presidente Territorial en Galicia de la AINE.
A continuación D. Guillermo Gefaell Chamochín, Ingenieros Naval y Coordinador de estas Jornadas, introdujo la temática de esta 7ª edición, dando paso a los ponentes.
El primer día, 17 de octubre, le tocó el turno al Almirante D. Juan Rodríguez Garat (retirado), Diplomado de Estado Mayor, comandante del Cuartel General Marítimo Español y Almirante de la Flota. Dirigió tres años el Instituto de Historia y Cultura Naval.
«El buque de escolta, su evolución en el siglo XX y su presencia en la Armada»
El moderno buque de escolta —una denominación tradicional que, como veremos, no se justa en absoluto a las versátiles fragatas de la Armada se hoy— nace en España, en los albores del siglo XX. Fue en 1904 cuando el Destructor, concebido por Fernando Villaamil como un torpedero de alta mar, fue reclasificado como contra-torpedero: un buque de escolta, en definitiva, capaz de proteger a los buques mayores contra la amenaza propia de la época.
La tecnología, acelerada por las guerras mundiales del siglo pasado, trajo otras amenazas que añadieron nuevas dimensiones a la guerra naval. El submarino en la Gran Guerra y el avión en la campaña del Pacífico forzaron el diseño de los destructores de la época hasta convertirlos en buques relativamente grandes y sofisticados. Aparece entonces en Gran Bretaña la fragata, un buque de escolta más lento y, sobre todo, más barato, construido en gran número para la protección de los convoyes contra la amenaza submarina.
En la Armada, los buques de escolta siguieron un camino parecido. Los destructores de la clase Churruca, buques de 36 nudos diseñados en los años 20, se vieron complementados en la posguerra con los cañoneros —más adelante reclasificados como fragatas— de la clase Pizarro, que a duras penas alcanzaban los 18.
En los años 50, la llegada de los “Latinos” —cinco destructores de la clase Fletcher— ayudó a complicar el panorama semántico. Eran barcos tan potentes para la época que convirtieron a los pequeños destructores de la clase Audaz y Álava en lo que parecía un contrasentido semántico: fragatas rápidas.
Cuando la Armada entró en la era de los misiles copió de la US Navy la designación de fragata para la clase Baleares. El nombre parecía correcto en su origen —para los estándares de los EE.UU., no eran buques de flota sino de escoltas— pero en España eran todo lo que había. El criterio aplicado a esta clase se mantuvo en las F-80 y, de forma mucho más discutible, en la clase Álvaro de Bazán, que es mucho más que una fragata y, en realidad, se parece bastante más a lo que en su día se consideró un Capital Ship que a lo que hace un siglo se entendía por un buque de escolta.
La segunda presentación estuvo a cargo del Ingeniero Naval D. Francisco Javier Cabañas Navarro. Entre 1976 y 1998 ejerció diversos cargos en la factoría de Ferrol de la Empresa Nacional Bazán y en 1999 fue nombrado director del Astillero de Cartagena de Navantia, especializado en buques cazaminas y submarinos.
«De la construcción tradicional a la integrada»
Se trató la evolución de la forma de construir nuestros buques de superficie, especialmente en el Astillero de Ferrol, desde la década de los 70 del pasado siglo, hasta la actualidad.
A la hora de construir un buque, la manera de construirlo queda recogida en la llamada “Estrategia Constructiva”, donde se establecen, para cada actividad, el cómo, el cuándo, el dónde y los medios con los que vamos a realizarla.
Al principio de los 70 en las Fragatas tipo Baleares se aplicó la construcción de tipo TRADICIONAL, basada en la división del casco en bloques. La estructuras de estas unidades una vez completadas se llevaban a la grada donde se unían entre sí, a la vez que se continuaba con el montaje de los restantes elementos.
En la década de los 80, con la construcción de las Fragatas tipo Santa María se abandona el sistema TRADICIONAL y se comienza a aplicar la CONSTRUCCION CON PREARMAMENTO, en la que las actividades de montaje de todos los elementos que va a contener el bloque se dividen en dos tipos. Aquellas que requieren soldadura al casco (Prearmamento 1) y las que no lo necesitan (Prearmamento 2). Entre estas dos fases se procede al chorreado y pintado del bloque.
Las nuevas estrategias utilizadas supusieron para el astillero, inversiones muy importantes en nuevos talleres e instalaciones y un cambio radical en la forma de trabajo, no sólo para el Departamento de Producción, sino también para los demás departamentos, Técnico, Aprovisionamientos, Planificación.
A finales de los 90 y principios de los 2000 se comienza a aplicar un nuevo tipo de estrategia, basada en la CONSTRUCCION INTEGRADA Y MODULAR, que se fundamenta en que todas las actividades de montaje progresen simultáneamente de modo que los distintos elementos del buque se montan en el momento idóneo, teniendo en cuenta la situación y accesibilidad del punto donde van a ser instalados.
Estos cambios progresivos de estrategia han producido importantes avances entre los que podemos destacar :
- Reducción de los plazos de entrega.
- Mayor eficiencia y calidad en el producto.
- Flexibilidad en el uso de los recursos a utilizar.
Al día siguiente, 18 de octubre, comenzó la jornada D. Francisco Vílchez Rodríguez. Ingeniero Naval que ha desarrollado su trayectoria profesional principalmente en Navantia donde ostenta actualmente el cargo de Director de la Autoridad Técnica de Ingeniería NAVANTIA (Grupo SEPI).
«Fragatas F-110. El camino hacia el futuro»
Las fragatas de la clase F-110, también conocida como Clase Bonifaz, representan la nueva generación de fragatas diseñadas por Navantia que resultan de una evolución disruptiva de la clase F-100 cuyo éxito ha sido reconocido internacionalmente. Este programa marca un salto tecnológico y operativo hacia un buque inteligente, modular y altamente interoperable, preparado para afrontar los desafíos del entorno marítimo del siglo XXI.
La F-110 ha sido concebida en un ecosistema digital que permite la optimización de las tareas de diseño, construcción, operación y mantenimiento en un entorno ciberseguro.
La F-110 será el primer buque militar que incorpore un Gemelo Digital, lo que permitirá:
- Monitorización en tiempo real del estado del buque.
- Apoyo a la toma de decisiones mediante inteligencia artificial.
- Mantenimiento predictivo y reducción de costes de operación.
Incorpora tecnologías clave adicionales:
- Propulsión híbrida CODELAG para una navegación ultra silenciosa alineada con su perfil antisubmarino.
- Sistema de combate avanzado con el radar SPY-7(V)2 de última generación de Lockheed Martin, radar de superficie banda X de INDRA, sónares de casco y remolcado, lanzadores VLS MK-41, tubos lanzatorpedos, misiles NSM y cañón principal de 127 mm.
- Espacio multimisión de más de 170 m² para helicópteros, contenedores, RHIBs y vehículos no tripulados (UxV) que le permiten reconfigurarse y adaptarse a cualquier perfil de misión.
- Sistema de Servicios Integrados (SSI), único en aplicación naval, para extender la sensorización y las comunicaciones a todos los espacios del buque.
Con ello, la F-110 presenta capacidades inigualables para el control permanente del aire, la mar y el espacio submarino.
La F-110 no solo refuerza la capacidad de defensa nacional, sino que posiciona a España como líder en integración del sistema AEGIS y en digitalización. Su versatilidad y tecnología la hacen única para la exportación.
Navantia está preparada para hacer frente a las demandas de futuras unidades de la serie en base a sus robustos sistemas de control de la calidad y madurez del diseño y sus instalaciones productivas a la vanguardia del sector naval.
La última conferencia de las dos jornadas, corrió a cargo del Vicealmirante D. Gregorio Bueno Murga (reserva). Fue Jefe de la División de Planes del Estado Mayor de la Armada; participó en la STANAVFORLANT de la OTAN y en la primera guerra del golfo Pérsico a bordo de la fragata «Santa María». Fue representante nacional en USNAVCENT (Bahrain)en la coalición contra el terrorismo en 2003 y Jefe del Estado Mayor de la fuerza conjunta en Iraq en 2004, así como Representante Nacional Militar ante SACEUR entre 2013 y 2016.
«Presencia de la Armada con sus buques de escolta polivalentes en las agrupaciones navales internacionales»
La seguridad marítima global es un pilar fundamental para el comercio y la estabilidad, con más del 90% del intercambio mundial viajando por mar. Sin embargo, este entorno vital enfrenta amenazas transnacionales crecientes como la piratería, el narcotráfico, el terrorismo y la pesca ilegal. Ninguna nación puede abordar estos desafíos en solitario; la cooperación internacional es esencial. España, consciente de esta realidad, se posiciona como un actor clave en la seguridad marítima europea e internacional, comprometida con la defensa colectiva y la estabilidad global.
La Armada Española participa activamente en diversas agrupaciones navales multinacionales, que son formaciones de buques de diferentes países operando bajo un mando conjunto. Destacan los Grupos Marítimos Permanentes de la OTAN (SNMGs), donde contribuye a la defensa colectiva y a la respuesta rápida. En el ámbito de la Unión Europea, la Armada es fundamental en operaciones como Atalanta, contra la piratería en el Cuerno de África, y en las misiones de presencia naval avanzada en el golfo de Guinea.
Los buques de escolta españoles, particularmente las fragatas F-100 con su avanzado sistema Aegis, son la espina dorsal de esta participación. Estas fragatas ofrecen capacidades críticas de defensa antiaérea de área, guerra antisubmarina y antisuperficie, y a menudo actúan como buques de mando en las agrupaciones. La futura incorporación de las fragatas F-110 (Clase Bonifaz) reforzará aún más la vanguardia tecnológica de la Armada.
Las dotaciones españolas son altamente profesionales, destacando por su interoperabilidad y dominio de los procedimientos de la OTAN y la UE. Su presencia no solo aporta capacidad militar, sino que también ejerce una importante función de disuasión y proyección de la imagen de España como socio fiable y capaz. Casos de éxito, como el liderazgo en la Operación Atalanta o la contribución a la vigilancia en el Mediterráneo, demuestran los beneficios tangibles.
La participación en estas agrupaciones no solo fortalece la defensa nacional al proporcionar experiencia operativa invaluable y mejorar la interoperabilidad con aliados, sino que también consolida la influencia de España en el ámbito internacional. Mirando al futuro, la Armada se enfrenta a retos como la necesidad de inversión continua y la adaptación a nuevas amenazas (ciberataques, drones), pero su compromiso con la cooperación multinacional sigue siendo una prioridad ineludible para garantizar la seguridad de los mares.
Agradecimiento a todos los ponentes por su participación en estas jornadas, a todos los patrocinadores, y mención especial a la Escuela Naval Militar de Marín y a Guillermo Gefaell Chamochín por su, como siempre, excelente organización.